Los prejuicios en torno a las mujeres que se desvían del papel asignado para ellas por la cultura, obviamente encubren verdades que ponen en cuestión valores pretendidamente inamovibles, pese a que la historia ofrece ejemplos de talentosos "hombres de estado" femeninos, como Catalina de Rusia quien ejerció el poder con más sensatez que sus predecesores; y antes que ella, otras demostraron capacidad dirigente, valor y coraje en la guerra, virtudes consideradas viriles.
viernes, 9 de abril de 2010
OTRAS MUJERES REVOLUCIONARIAS
El papel de las mujeres en la independencia de América, tal como nos lo presentaba la tradición, se redujo a la realización de tareas como la confección de uniformes y banderas, acompañantes de los ejércitos, cocineras o prostitutas y, en el mejor de los casos, enfermeras e incluso espías. Casi nunca se reseñaron otras actividades: guerrilleras, líderes y dirigentes, que las hubo (el caso de la mexicana Antonia Nava, llamada "La Generala" que reclutó un ejército con el que luchó y al que defendió con ejemplar valentía, o el de la chilena Javiera Carrera, que no sólo apoya sus hermanos, sino que organiza la Primera Junta de Gobierno en su país). Para nada se destaca su papel de consejeras, capaces de opinar y desenvolverse al mismo nivel que los hombres en las intrigas políticas.
MANUELA SAENZ
Alcanza la celebridad por ser amante de Bolívar, pese a que fue mucho más que eso, como demuestra esta carta de Francisco Antonio Sucre dirigida al Libertador desde el Frente de Batalla de Ayacucho, el 10 de diciembre de 1824. "Se ha destacado particularmente [...] por su valentía; incorporándose desde el primer momento a la división de Húsares y luego a la de Vencedores, organizando y proporcionando avituallamiento de las tropas, atendiendo a los soldados heridos, batiéndose a tiro limpio bajo los fuegos enemigos; rescatando a los heridos". Por su ejemplar conducta solicitaba "se le otorgara el grado de Coronel del Ejército Colombiano". Sin embargo, tan alta distinción no fue suficiente para situarla en el mosaico de la historia, al lado de los próceres o fundadores de las repúblicas hispanoamericanas. El odio y el ensañamiento de sus compatriotas la persiguieron hasta el fin de sus días. Pero la fuerte personalidad de Manuelita Sáenz, como aprendimos a llamarla, se impuso sobre sus enemigos, incluso sobre la leyenda de su vida, dejándonos ver la fuerza de un carácter capaz de romper barreras sociales, morales y de género.
LA MUJER DESDE LA ANTIGUEDAD
La mujer desde las civilizaciones antiguas tenía un rol de trabajo según varios factores, la organización política, el sistema de producción y de creencias, etc. Trabajaba en la labranza, la caza, o si había un sistema de matronas de "administradora del la tribu". Y así, dependiendo de estos sistemas la mujer ha trabajado en condiciones determinadas histórico-concretas.
Claro está que esto difiere bastante de Occidente a Oriente, puesto que el hecho de que la mujer trabajase dependía en gran parte de la concepción que se tuviera de la mujer. Por ejemplo en la Antigua Grecia, ser ciudadano, era ser hombre, aristócrata, pensador (la eclesia) y guerrero.
Más adelante en la edad media, ser ciudadano era ser hombre, con capacidad monetaria de comprar finca raíz, y aristócrata
Luego con la aparición de la burguesía, nace el concepto de libertad, igualdad y aún así la mujer sigue siendo no-ciudadana.Ya a finales del siglo XIX con la revolución industrial, y la creciente tasa de población, los descubrimientos científicos y la necesidad de innovar en un sistema económico y productivo, se vuelve de nuevo necesario que la mujer intervenga en estas dinámicas, con una mayor representatividad, es así como ya a principios del siglo veinte con el sistema taylorista de producción, el cambio de concepción del estado a un Estado de De Bienestar, la mujer se convierte en ciudadana en algunos países gana el derecho al sufragio (ee.u.., inglaterra) y con ella comienza el cambio en la concepción de su rol en el trabajo.Claro está, que la ruptura de esquemas para ese momento no se da por completo, sólo que comienza a abrirse caminos en la medicina, el derecho y el arte.y bueno, así durante las siguientes épocas, se fueron abriendo caminos para la cuasi equidad de género, como la especialización en muchas más carreras superiores, y en las leyes también como la ley de cuotas, para que en los congresos haya una cuota de mujeres que represente a la mujer en el poder.
Claro está que esto difiere bastante de Occidente a Oriente, puesto que el hecho de que la mujer trabajase dependía en gran parte de la concepción que se tuviera de la mujer. Por ejemplo en la Antigua Grecia, ser ciudadano, era ser hombre, aristócrata, pensador (la eclesia) y guerrero.
Más adelante en la edad media, ser ciudadano era ser hombre, con capacidad monetaria de comprar finca raíz, y aristócrata
Luego con la aparición de la burguesía, nace el concepto de libertad, igualdad y aún así la mujer sigue siendo no-ciudadana.Ya a finales del siglo XIX con la revolución industrial, y la creciente tasa de población, los descubrimientos científicos y la necesidad de innovar en un sistema económico y productivo, se vuelve de nuevo necesario que la mujer intervenga en estas dinámicas, con una mayor representatividad, es así como ya a principios del siglo veinte con el sistema taylorista de producción, el cambio de concepción del estado a un Estado de De Bienestar, la mujer se convierte en ciudadana en algunos países gana el derecho al sufragio (ee.u.., inglaterra) y con ella comienza el cambio en la concepción de su rol en el trabajo.Claro está, que la ruptura de esquemas para ese momento no se da por completo, sólo que comienza a abrirse caminos en la medicina, el derecho y el arte.y bueno, así durante las siguientes épocas, se fueron abriendo caminos para la cuasi equidad de género, como la especialización en muchas más carreras superiores, y en las leyes también como la ley de cuotas, para que en los congresos haya una cuota de mujeres que represente a la mujer en el poder.
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